viernes, 18 de diciembre de 2009

KICK OVER THE STATUES!

Hemos llegado. Somos la rebelion. Como decian aquellos: "cada vez estamos mas cerca".

Que viva la Insurreccion Modernista de Accion Directa.

martes, 15 de diciembre de 2009

THERE WAS NOTHING


A las 10:30h ya empieza a dar vueltas "Session With The Dave Clark Five". Dejo la Cara A sonando. Un té paquistaní con una nube de leche y una tostada. Tea and toast.

Antes de entrar al Metro paro a tomar un café y paso por delante de la farmacia de aquellos Katovit.

A eso se le llama velocidad.

En Chamberí veo fotos de Pablo Pérez-Mínguez, agitado, y coincido con dos asíduos del show business que siguen arrastrándose por los platós para detallar su particular movida madrileña. Cargadas las manos de bolsas, pasan fotografía a fotografía hablando de Ana Curra o Rafa Balsameda.

A eso se le llama asco.

Me tomo una Schneider y luego una Stella, rodeado de un inconfundible olor británico: vinagre, curry, patatas asadas y bacon. Estoy entretenido con un semanal mientras en las pantallas el Aston Villa recibe un gol del West Bromwich Albion.

Dos chicas pálidas y rubias están almorzando lo que se supone comen en las islas, sin apenas atender a los televisores.

A eso se le llama anglofilia.

Una entrada para la reposición de "La Naranja Mecánica". Ahora los críticos tratan de explicar en sus columnas que es anacrónica. Llega mi escena favorita: Alex, tras su cura forzosa, es mostrado a los estatistas como el inicio de un camino de redención.

A eso se le llama sobredósis.

Apenas me da tiempo a ponerme unos pantalones rojos y una escarapela. Me hablan de marketing online, ropa de Blanco y comida precongelada. Termino en un quinto piso del barrio de Lavapiés, aprovechando el agua derramada para deslizar los pies. Y me vuelven a hablar. Y yo pongo todo el interés que aquello me suscita. Suena Desmond Dekker, The Selecter y The Maytals.

Huele a carne con tomate; y en la cocina a mugre. Tiempo de abandonar.

A eso se le llama quiero y no puedo.

jueves, 22 de octubre de 2009

CUARENTA AÑOS

Llevo semanas pensando sobre esta entrada; no hay forma de poder darla inicio. He cogido a Freddie McKay y Nicky Thomas. Se llama inspiración. Me tengo que poner en primera persona, aún con mi flequillo. Las botas cereza están bien limpias, hace una semana las dí crema, y los tirantes están localizados en un cajón perfectamente accesible.

A los que estamos de este lado, a los que hablamos de todo esto en primera persona, siempre nos ha tocado dar justificaciones y explicaciones. También defendernos. En cualquier caso, si, me pongo en primera persona, pero del plural.

Somos herederos de los mods, de aquella juventud judía, homosexual y bastarda que a finales de los '50 emergía en el West London. Nosotros, como hicieron aquellos principiantes absolutos, estamos bajo el derecho de esa máxima: "vida limpia en circunstancias difíciles".

Creamos un universo, nuestro universo, como exaltación del estilo proletario. Como odio hacia lo burgués. Iluminados obsesionados con el baile, el fin de semana y la vida acelerada. Volvíamos a encender la llama de la clase trabajadora y lumpen con la personalidad suficiente como para no dejarse arrastrar ni amedrentar por el establishment. Los skinheads salíamos a la calle en un estado de permanente revuelta, como decían los surrealistas. Así salimos desde la segunda mitad de los '60.

Al principio baldheads o lemons. Dependiendo del distrito o ciudad también suits, spy kids o peanuts. Y desde 1969, skinheads. Dimos forma a la rabia y los sueños, nos metimos las manos en los bolsillos y nos pavoneamos delante del poder. Y todo a ritmo de soul y reggae.

Esa es la historia; la única historia. Jóvenes, y no tanto, buscando lo real o, como dirían los otros, la vida total.

Nuestro universo siempre ha sido incomprendido. Desde fuera y también desde aquellos que con la vista nublada tratan de adherirse cual causa pasajera. De los primeros nos reimos. De los segundos nos espantamos y ruborizamos. Por eso la única historia posible es la que nosotros mismos contamos. No nos gusta oir que nacimos como respuesta a los hippies. Odiamos que digan aquello de los buenos y los malos. No queremos escuchar de patrias y vencedores en batallas que no son nuestras. Las razas nos importan una mierda. Cualquiera que hable de ello no forma parte del universo: "atrapemos al farsante!".

Los skinheads adoramos mezclar calcetines rojos con loafers negros, jersey v-neck con camisa de cuadros, pañuelo azul tres picos con chaqueta tornasolada. Buscando el detalle hasta lo barroco para evidenciar que en este planeta somos extraterrestres. Entusiastas asqueados del aburrimiento y miseria que nos imponen. Eterno desprecio a lo político y desencanto agudo con este sistema del letargo.

La vida real es la que no sale en los telediarios, ni suena en las emisoras de radio. Es la que no se vende en los megastores ni la que se lee en las revistas. La vida real está en nuestros fanzines, en nuestros discos, en nuestras fiestas y en nuestras letras.

Carreras, bailes, inmediatez, camisas entalladas, double-siders...ese, y no otro, es nuestro universo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

ESCENA

Interesante artículo el aparecido en el número 30 de La Dinamo sobre northern soul en el que participan algunos connoisseurs de la talla de Ady Croasdell, Iu Adell o Alan Handscombe.

Me quedo con un comentario añadido en el formato digital por Eduard Domingo (otro de los grandes), que logra poner en su sitio terminos tan etereos como "escena", "underground" o "culto" y, ya de paso, advierte sobre aquellos que tratan de instalarse en el mainstream a costa de pasear por platos de television una pasion que en realidad les resulta muy ajena.

martes, 15 de septiembre de 2009

TRES SON TRES

Siempre he deseado ser protagonista de una entrevista ágil de pregunta-respuesta en la que el susodicho debe citar sus libros preferidos, sus personajes odiados/adorados, sus lugares predilectos o sus películas de cabecera. Partiendo de la evidencia que desde que entro por la puerta de mi desaliñado piso la música me invade, me decanto ahora por presentar mis discos vitales.

Algo así como la tópica (que no típica) situación de verse obligado a llevar tres discos a una isla desierta. Ridículo. En mi caso, con lo obsesivo, maniatico e hipocondríaco que puedo a llegar a ser, me pongo en la siguiente situación: estoy en mi calle, viendo como un devastador incendio cierra la vida de este cochambroso edificio y tengo que suplicar a un bombero para que salve tres joyas de la estantería. Mas ridículo todavia que lo de la isla. Lo sé.

Básicos todos ellos que si bien no son ese tipo de tesoros procedentes de baúles perdidos o inencontrables, significan parte de mi.

THE UPSETTERS - Return of Django

No puede ser de otra manera. Un disco de reggae. EL disco de reggae. Los peanuts se convirtieron en skinheads aquel año y Lee Perry estaba ya completamente sumergido en asperas guitarras sincopadas, órganos B-3 densos y bajos de lineas repetitivas.

El disco ya no se aprecia por el encarte pero el contenido, ah! majestuosa santidad!!.

Usando a sus gregarios de estudio (Glen Adams, los hermanos Barret, Alva Lewis y Val Bennet), con la ayuda de Lynford Anderson (aka Andy Capp) y Barry Lambert en la producción, consiguió dar una definición perfecta a aquel estilo que apenas tuvo unos pocos años mas de vida. Un empaque perfecto, con delirantes riffs de órganos en cada una de las canciones, alguna que otra genialidad de metal y un conjunto percusion-guitarra ritmica manteniendo el beat ideal para un frenético baile en cualquier cellar.

Es imposible no rendirse ante este album que, entre sus gemas, contiene esa grandiosa trilogía de temática hospitalaria (ya sabeis, aquel doctor de noche que aplicó una inyección de vida y tuvo que realizar una operación médica) apenas igualada por Derrick Harriot y sus Crystalites con un puñado de dolares.

VARIOS ARTISTAS - Chocolate Soup for Diabetics

No soy un ferviente seguidor de las compilaciones y es que me resultan un intento de abarcar todo sin tener realmente nada. En cualquier caso, mi aproximación y posterior mantenimiento en torno a la psicodelía fue por esa vía tan poco ortodoxa.

Mi primer chapuzón en la contracultura hippie británica fué a través de este recopilatorio aluzinojeno de canciones perfectas. Canciones pop con el metraje mandatorio de tres minutos y espacios totalmente repletos de agudos platos que no desisten, arpegios de bajo, guitarras distorsionadas y filtros primitivos. Canciones llenas de color y diversión desde las midlands británicas, que contrasta con aquella yenka rancia que casi a la par triunfaba por estas tierras. Vaya ironia.

El compilado se edita en 1980, casi en pleno epicentro de la explosión revivalera de este genero en Inglaterra, recogiendo sencillos historicos como "Beeside/Vacuum Cleaner" de Tintern Abbey, "Fredereek Hernando/Double Sight" de One in a Million o pseudo-formaciones como The Flies, Dantalian's Chariot o Apple.

Psychedelically Yours!!.

THE BEAT - I Just Cant Stop It

Escuchar un disco de The Beat es como gozar frente a un collage; un collage en el que todo tiene sentido. Al menos para mi.

Podría salvar del incendio destructor este disco o su "Wha'ppen", pero la frescura, la inspiradora carpeta y el impacto que tuvo en su momento, me llevan a seleccionar su primer album. Ah! Porfavor, no confundir...hablo de Ranking Roger, Saxa y los suyos. Claro!!. Faltaría mas!!.

Aquí, en este disco, me encuentro lo que adoro, me encuentro musica real con anfetamínicos ritmos alejados de esos engendros para masas. Una genialidad.

Y mejor amalgama que la que aquí se encuentra es imposible degustar con otro grupo o en otro disco. Frías melodías de la nueva ola como en "Big Shot", aceleración sincopada como en "Noise in This World", pop pulcro con estribillos irresistibles como en "Best Friend", revival mod como en "Two Swords" o excitante mezcla de soul speedico con R&B actualizado como en "Click Click".

Un disco brillante, único, para los chicos del buen gusto, para los chicos que adoran la realidad, para los chicos que quieren decirlo todo bien rapido.

lunes, 3 de agosto de 2009

CINCO MOMENTOS


Música. Eterna presencia en mi vida a través de discos en larga duración y singles. Aquí y ahora cinco de los muchos momentos en los que ha tomado la parte protagonista de mi, digamos, biografía.

R.Dean Taylor - There´s a ghost in my house

Entramos en el Louie Louie. En plural. Hemos cenado unos tomates verdes fritos, con la obligatoria margarita acompañando y un ron aderezando el postre.

En la cabina se alternan dos jóvenes militantes del underground. Desconocidos asíduos de nitters y guateques. Uno de ellos trata de agitar los cuerpos con rock´n´roll. El otro lo intenta con soul. Me quedo con el segundo.

Me rio mucho; nos reímos mucho. Cada vez que doy un trago me da una arcada. Es lo que tiene la bebida en el Louie Louie, que provoca arcadas. Deslizo mis pies al ritmo de los uptempo que suenan por los maltrechos altavoces.

Es un día extraño. Apenas hay gente. Estamos sólos en ese espacio que sirve de pista de baile. Me acerco a la cabina y pido una canción: a los tres minutos comienza a sonar. Es el delirio. Derramamos nuestra bebida en el suelo. "Derramar" no es la palabra más adecuada. Usamos el whiskey a modo de polvos de talco.

De ahí y hasta el final de la sesión cada corte se convierte en el concurso de baile más freak y divertido que jamás ha existido. Más whiskey al suelo. Más risa. Soy feliz. Nos abrazamos.

Laurel Aitken - Mr. Soul


Estoy en la cabina del Moloko pinchando reggae en una de esas divertidas sesiones con Javi y Santi. El colectivo del minino negro.

Está lleno. Éxito. Ciertamente no es lo habitual en nuestras sesiones. El reggae y el soul espantan al personal. Quizá hay más gente incluso que la noche en Rubí; hay que disfrutarlo.

Veo entrar a un tipo viejo negro. Es Laurel Aitken. Estará grabando algo para Liquidator. Entonces echo la mano al primer single que veo suyo, lo preparo y bajo la aguja. Laurel se acerca a la cabina y me dice que esa canción es suya. Le digo que me encanta la label Nu Beat y que he seleccionado el tema de forma esporádica al verle. Doy un trago a la cerveza, preparo la siguiente canción y la lanzo.

Le pido al camarero un bolígrafo y acerco el single a Laurel para que me estampe su firma en la galleta. Al devolvérmelo me susurra algo que no logro entender. Guardo el single en la maleta. Adoro el skinhead reggae.

Morrissey - Panic


Estamos nerviosos. Ahora también es en plural. El año pasado se había caído del cartel por alguna espantada de las suyas, pero ahora estaba todo preparado. Hay cantidad de gente a mi alrededor pero ni asomo de agobio alguno. Me encuentro en un extraño estado combinación de ansiedad, nerviosismo, euforia y felicidad.

Sale con unos pantalones negros y una camisa amarilla y sin decir nada suenan los primeros acordes. Inconfundible: "Panic on the streets of London, panic on the streets of Birmingham...".

Como por acto reflejo me abrazo a mis dos amigos, sonrío y siento un escalofrío por todo mi cuerpo. Éxtasis.

Calum Bryce - Love Maker

Me quiero comer el mundo. Planta baja de La Vía Láctea; al fondo, donde siempre. Botas burdeos con cordones amarillos, vaqueros con el bajo cosido, camisa de cuadros y tirantes blancos con raya azul y raya granate.

Me muevo timidamente. Suenan canciones repletas de filtros, reverberaciones y efectos primitivos. Melodías de colores. Tienen que pasar todavía varios años hasta que empiece a sentir fiebre por la psicodélia.

Navego en un mar de humo; observo cuerpos imposibles, latigazos de cadera, sudores musicales y largos pelos lisos que me dejan hipnotizado. Se encadenan las canciones. Una bateria, sólo la caja y los platos, luego el bombo y al poco entra el bajo. Una flauta travesera eleva la canción y aparecen el resto de metales. Luego la voz, sin entorpecer el discurrir de la línea principal, casi como artista invitada. Redoble con las cajas, guitarras secas, la flauta repite esa bella estrofa.

Corro hacia la cabina y pregunto a gritos el título e intérprete de la canción que me está volviendo loco. No oigo nada de lo que me dice el pincha asi que insisto. Sigo sin enterarme. Me voy resignado junto al resto del grupo. Me quedo sin hablar, pensando en ese placer secreto.

Quito el plástico del volúmen 18 de "Rubble". Me lo he comprado en Melocotón. Lo pongo en el plato derecho y subo el fader de la salida principal de la mesa. Escucho las canciones desde mi cuarto, con la atención e intranquilidad que siempre me provoca un disco recién comprado. Cara "A". Desgrano dos canciones y entra el tercer corte.

Una bateria, sólo la caja y los platos, luego el bombo y al poco entra el bajo. Una flauta travesera eleva la canción y aparecen el resto de metales...Diez años después, se me vuelve a acelerar el corazón. Corro, pero ahora hacia los platos de la libreria. Sonrío. Cojo la carpeta y miro la canción y el intérprete que aquella noche, cuando me quería comer el mundo, no pude entender.

Bill Deal and The Rondells - May I

Me bajo en Tribunal. He salido del trabajo hace apenas cuarenta y cinco minutos. Voy directo a Ziggy. Ahora es mucho más pequeña. Se acabó la época dorada: "porfavor, sacame las cajas de soul". Podías encontrar Al Wilson, Intruders, Stylistics...

Otra vez a mancharse las manos. Eterna ceremónia. Miro en las cubetas "SOUL", "60's" y "PUNK".

Voy sacando los que me interesan para poder hacer después un segundo filtro. Termino eligiendo dos clásicos: "Vintage Rock" de Bill Deal y "Scorpio´s Dance" de Shocking Blue.

En casa saco del encarte el "Scorpio´s Dance" y comienza a sonar I´ve been hurt. Me he equivocado. Miro la galleta: "Vintage Rock"; no, no, pero si ahí sigue el disco dentro de la bolsa. Joder, es la edición española. Polydor, 1969. Vale, asi que estaba en la carpeta errónea y me he traido a casa el mismo disco, en su edición española y en su edición original (Heritage, USA, 1969). Me quedo con el prensado original y descambio la otra copia.

miércoles, 15 de julio de 2009

TODO VA EN ETHERNET

14 de Julio: Reunión con los de radares.

Llego al trabajo, miro el correo, unas risas, imprimo los documentos que creo necesitar para defenderme en la runión y me pongo a pensar en el Yé-Yé de este año. Me lo pierdo fijo. Si o si.

Y me voy al otro pueblo, donde está el edificio inteligente, donde están los de radares. Y me voy con desazón. Me voy con un pequeño malestar en la tripa. Llevo pensando en la reunión desde ayer. ¿Qué coño me motiva a hacer todo esto?. Supongo que mi vida a cambio de la paga del día 28. Una paga mensual que me costea, por ejemplo, el peacoat burdeos que me hice unos meses atrás.Hoy voy de lunes. De lunes insufrible, aunque sea martes. Los pantalones grises del peor traje que tengo y una camisa horrible de manga corta de Milano.

Tengo dos camisas de Milano. Son dos camisas horrendas; de manga corta. Alguna vez me las he puesto con corbata y entonces ya es lo más. Cuando castigo al buen gusto con esa combinación me pongo en el papel de un puesto intermedio del Burger King o del Mercadona, de esos que acosan a sus empleados y meten mano a las mujeres de su curro. Es divertido, lo de ir vestido así. Al Burger King y al Mercadona que les den por culo.

Total, que llego al edificio inteligente y la lectora no lee mi badge. Como es inteligente, el edificio no necesita recepción, así que como no pasa nadie tengo que saltar por encima del torniquete en una difícil acrobacia. Cualquier tipo de salto o estiramiento de piernas lo considero una acrobacia.

"Joder, otra vez aquí", "Verás la que me espera", "En unos meses me piro de aquí, monto una brewery de cerveza y por el hilo musical no dejo de meter soul y ska".

Llego tarde, cinco minutos, ellos están relajados. Comienzo a hablar, a soltar mi speech de forma serena: Los Siete Hábitos de las Personas Altamente Eficientes. Vamos ahí, coño!. Me está quedando una bonita actuación hasta que me principal oponente me corta: "bueno, vamos a lo que de verdad importa". Y entonces mi capacidad de empatía se anula y empezamos a hablar de interfaces y de euros. Lo que de verdad importa.

Tengo una gran idea que se me ocurrió hace un par de años: colocar cámaras ocultas en todas las salas de reunión y con el material conseguido editar una película. Sería la mejor comedía jamás realizada. Es una idea cojonuda. Las reuniones son tronchantes. Son de risa, como el magret de pato y los mejillones de roca. De risa.

Basicamente, las reuniones consisten en soltar gilipolleces, y cuantas más, mejor. Si no dices tantas gilipolleces como el contertulio anterior entonces nadie te tomará realmente en serio. Y otra gran regla: tienes que saber de todo, como los periodistas de radio y televisión. Y tienes que hablar y soltar cualquier memez, aunque no signifique nada: "creo que está bien enfocado pero se podría dirigir mejor", "hay que ajustar los costes sin renunciar a la fiabilidad", "todos estamos interesados en llegar a buen puerto". Yo en las reuniones me parto de risa. Me troncho. Cuando se me empieza a notar miro mis zapatos, y si la risa empieza a ser insoportable me dedico a mirar los calcetines de los compañeros de sala. No falla.

En fin, termina la reunión. Mi oponente no me ha metido tanta caña como pensaba. He conseguido convencerle sobre la línea de desarrollo y diseño.

A la salida me vuelve a fallar el badge pero justo a mi lado pasa uno de esos tipos de trajes horrendos que pasa su tarjeta por el lector para que pueda salir del edificio inteligente. Y me voy a casa escuchando a Nicky Thomas.

Es 14 de Julio: reunión con los de radares.

domingo, 12 de julio de 2009

FOLCLORE

Justo al descender las escalerillas del infame avión, cuando pisas la pista de aterrizaje, te invade la humedad y el olor a vinagre. Zás!!.Ya está.

Intentas dirigirte a la Picadilly Line, a través de pasillos repletos de caras bobas y cuerpos torpes, que te recuerdan a cualquier tipo de insecto en un laboratorio. Te metes en el tubo y estás sobre-excitado, y después de catorce paradas llegas a Russell Square. Montones de papeles inundad los asientos: Metro, London Evening, Sports Today...

Duermes lo que puedes, quizá tres horas en total. Y mientras lo intentas te ries y te recuerdan que tu avión infame quizá no lo era tanto. Por la mañana haces la parada obligatoria de todos los años en un Tesco Express para comprar una de esas botellitas de leche sin las que no podrías sobrevivir en tus visitas a la gran ciudad.

Otra vez al underground, a la City Line, la línea que está pintada de color rosa, y tras una interminable travesía de sesenta minutos llegas a Upton Park. Te lo conoces de memoria: salir, girar a la izquierda, parar en el mercado musulmán para intentar descifrar la comida que allí se vende y continuar recto.

Ahí está el estadio. Ahhhhh!. El corazón se acelera. Otra vez excitado. Y no tienes ni puta idea de fútbol, ni siquiera conoces a más de dos jugadores, pero es el equipo de los Cock Sparrer, de los Cockney Rejects, de la clase trabajadora, del ESTILO. Ahora la tienda es más grande, y te compras la primera equipación y también la de visitante. Con la que tienes en Madrid eres el freak que más camisetas tienes en toda España. ¿O no?. Folclore.


Te paras en Whitechapel y caminas por la pequeña Islamabad que es Whitechapel Road. Te quedas asombrado. En la perpendicular te metes en Mumbay pero prefieres seguir hacía delante.

Eliges otra perpendicular para seguir callejeando. Eliges Dhaka, que es Brick Lane, y entonces te acuerdas que en tu última visita no te dió tiempo aunque te insistieron. Subes la calle entre olor a curry, frituras, aceite de coco y dulces apetitosos bañados en miel.No, no,...sigues en Londres. Te compras un precioso polo, entras en una tienda de discos y eliges: Lloyd Charmers, The Untouchables, The Beat, Tony Tribe, Secret Affair, Isley Brothers, The Maytones, Dandy Livingstone, The Who (si!, The Who!) y The Bodysnatchers. Te quedas con la mitad porque no aceptan tarjeta.

Luego Spitafields y Liverpool Station, y al ir a mandar un mensaje a la persona que te insistió en pasear por aquella zona recibes su llamada. Y entonces, justo entonces, es cuando sabes, cuando te das cuenta, que es allí dónde deberías vivir.

Por la noche un recorrido por Camdem Town: Stella Artois, Fosters, London Pride, Olympia, alguna IPA, y otra vez a comenzar de nuevo.

En el expreso a Brighton prefieres ir sólo, escuchando un compilado que has preparado para la ocasión. Uffff!!!. Statuto, The Jam, Brighton 64, Los Granadians, Sex Museum, Pete Miller, The Madd, The Prisoners, La Ruta, Sham 69, Sema-4, Jackie Mittoo, The Vandellas, Byron Lee, y otros cuantos más.All aboard!!, que dirían los Pyramids.


La boda, allí en el Benidorm del sur de Inglaterra, se convierte en caos, surrealismo, que es lo que más te gusta. Y después de otros cuantos recorridos empezando por Stella y terminando por Jameson, te vas al hotel sin enterarte demasiado bien de la guinda.

Sin apenas dormir te encuentras tumbado sobre los guijarros tomando un té con leche en vaso de plástico. El día se te hace largo, pero de café en café, por el paseo marítimo, escuchas The Specials, Steve Winwood, The Funk Brothers, The Selecter, ska de la tercera ola. Eso sólo puede pasar allí. Y ves a tipos que en pleno verano llevan parkas, y a otros montados en lambrettas, y es el delirio.

Vuelta a Londres. Mejor que lleves una botellita de agua de una libra. Ahora el que tiene el cuerpo torpe eres tú. Y piensas en llegar, en relajarte y en escuchar el single que el día anterior te compraste en la playa: na, naaa, na, na, ni, niiii.

El avión despega, demasiadas imágenes para cuatro días, las obsesiones otra vez a flor de piel, las ganas de acción vuelven a dominarte. Y no pides cerveza en la comida porque ya has tenido suficiente, porque te has dejado llevar en los lugares más preciosos que existen. Llegaste a la cima y ahora toca descender, pero eso mejor hazlo poco a poco.

Y gritas desde la Dr.Martens stand: Come On West Ham!!. Folclore.

Fotos tomadas entre el 25 y 29 de Junio de 2.009

domingo, 21 de junio de 2009

CALLE DEL RITMO


Las primeras sensaciones llegan antes de bajar la aguja; en realidad llegan mucho antes, al ver la portada en una cubeta. No lo puedo describir. Y las yemas de los dedos, otra vez, negras.

A partir de ahí son todo latigazos: la portada, la galleta, los primeros acordes...Y por muchos años que pasen esas emociones no se borran.

Rara Avis, la mitad superior blanca y la mitad interior roja, con un monolito en el centro. No sé si es una copia de la Trojan (cambiando el naranja), pero como soy mono-tema, creo que sí, y me quedo pensando eso porque son los detalles que me dan vida.

Y el himno comienza y, a pesar de todas las veces que he recorrido esos surcos, vuelvo a pensar que me he equivocado y que he puesto algo de los Jam.

No paran de sonar los clásicos de mi vida. Estrofas inconexas, frases sueltas, palabras lanzadas sin más, como un fusil disparando balas. Pero describen perfectamente las ganas de pelea de los que aún no se creen derrotados.Música.

Y al subir la aguja recuerdo que dentro de seis días me comeré una hamburguesa en Smollensky's después de haber ido, una vez más, a Upton Park.Son sólo chorradas, idioteces,...pero son los detalles que me sirven de cimiento.

Vivo en la calle del ritmo...

martes, 9 de junio de 2009

20 DE CADA 100

20 personas de cada 100 se han convertido en la mayoría democrática española.Así es esta farsa: 20 personas de cada 100 representan la mayoría.Y ahora a callarse durante cuatro años.Una masa político-financiera que es soportada y alimentada por menos de la mitad de la población española con "derecho" a voto, y Pajín contenta porque la abstención no ha avanzado.

El esperpento de la democracia llega a tal punto que los votos cambian de rumbo: más de 1.500 votos misteriosamente eliminados de la lista de Iniciativa Internacionalista, en Beneixida las papeletas del PSOE pasan al POSI, en Aranda de Duero triunfa la lista Extremadura Unida, en Baztán (Navarra) gana Unidá Nacionalista Asturiana, en Pajares de Oteros los nazis del MSR se quedan con las papeletas del PSOE...

Para eso vale el voto: para nada. Y tras las elecciones me dicen en el trabajo que está demostrado que la democracia es el mejor sistema en el que se puede vivir. Brillante conclusión de mierda que viene a ser como si en la Edad Media estuviesen contentos con los feudos.

También me intentan asustar con las 65 horas semanales, ahora que la derecha puede hacer y deshacer a su antojo en el Parlamento Europeo.Y recuerdo que en las manifestaciones de Marzo en varias capitales españolas, en contra de esa directiva, no ví a los votantes de izquierda que ahora exclaman escandalizados que los abstencionistas somos los culpables de todo.

Mi voto no sirve, mi acción directa y mi pelea frente al sistema, si. Y si no que se lo pregunten a los trabajadores de Mercadona, UNED, Agencia EFE, Ryanair, EULEN y tantas otras empresas.

Exijo mi derecho a que nadie me gobierne y a decidir por mí mismo.Que muera la democracia.

miércoles, 27 de mayo de 2009

DESDE UN PUNTO DE VISTA TECNICO

Miseria. Rodeado de miseria. Porque gritar dando lecciones es miseria pura. Porque llevar una camiseta naranja de manga larga repleta de letras comprada en un “chino” es miseria. Porque esta fábrica es pura miseria, miseria pura. Hay que contratar a unos indios para que la instalación del Sistema sea más barata que la de la competencia.¿Y por qué no pones comida para perros en el comedor?. Rodeado de puta miseria.

Ahora lo veo bien claro; después de diez años entiendo claramente lo que es la miseria laboral. Proyectos de mierda, rodeado de gente de mierda, que te intentan hundir cada vez más y más. Y los del Sindicato los más tristes de todos. ¿De qué manifestación me hablas?. ¿De la única puta manifestación a la que has ido e irás en tu vida?. Anda, cállate, no vaya a ser que el jefe te oiga y se enfade contigo, que quizá le de por pensar que ahora el Sindicato empieza a funcionar de verdad.

Pero para todo esto yo tengo una defensa; una defensa muy perfeccionada. La llevo practicando varios años y cada vez me sale mejor. Mantengo la mente en blanco, como un babuino convertido en estatua sagrada. En cuanto escucho que alguien me habla de las putas antenas, ahí estoy yo, como el dios Thoth, mirando atentamente y con mi cerebro en blanco. Blanco quemado, sin haber hecho el maldito balance que todo buen profesional debería hacer. El blanco quemado, osea mi método de defensa, lo uso continuamente en esta fábrica, y no sólo con las putas antenas: “gestión de los riesgos”, “fabricantes chinos”, “proceso de calidad”, “proveedor coreano”, “acoplador para seguimiento”, “subsistemas, productos y soluciones”…Si uno no es muy tonto puede llegar a la evidente conclusión que al atravesar la puerta de entrada que está ahí a mi derecha me convierto en el Thoth de forma simiesca.

En medio de esta ciénaga, de esta cloaca con el mismo hedor que el Manzanares a su paso por la Clínica Moncloa, hay buenos momentos al leer las notas que me llegan al Outlook. Son de novela. O más bien son de poesía dadaísta. Joder es que hay frases enormes, para recopilar, vamos.

Menos mal que ahora me queda 20 minutos para coger el Cercanías. Siempre el Cercanías…que tendrá?. Y menos mal también que me queda "Cromagnon” de Korroskada y todas esas canciones de los grupos alemanes de la third wave. Quién me lo iba a decir a mí: Korroskada. Offbeat marcado, pero sin poderlo bailar aquí. Ahora también entiendo lo de estar en una jaula. Bueno, ahora más que nunca.

Putas antenas.

viernes, 15 de mayo de 2009

FREAK OUT!
















Aficionado desde siempre a los compilados en cintas TDK y Philips, ahora mantengo una pletina que ya no uso.

Tras la nitter de ayer y en mi estado freak-azo y psicodélico, plasmo en esta entrada una imaginaria compilación.

CARA A:
J.Bastos - Alice
Fire - Treacle Toffee World
Rawlings & Huckstep - Thinking Pictures
Paper Blitz Tissue - Boy Meets Girl
Rebel Rousers - As I Look
Night Shadows - So Much
Bango - Only
End - Cardboard Watch
Electric Machine - Samanta Viene A Casa

CARA B:
Tomorrow - Revolution
Adjeef The Poet - Flee I´m A Freak
Elmer Gantry´s Velvet Opera - To Be With You
The Fruit Machine - The Wall
Buzz - Your Are Holding Me Down
Mike y Toti - De Nata, Fresa Y De Limón
The Magic Mixture - Moonbeams
Koobas - Barricades

domingo, 3 de mayo de 2009

INTERNATIONAL JET SET

Me regalaron un libro overview de la obra de Man Ray que ha pasado a convertirse en un elemento más de mi mesilla de noche. Surrealismo. Y ahora me acuerdo de esas fotografías y de los ritmos sincopados de International Jet Set.

Debo estar cerca de Arabia. Las nubes no son blancas; son una mezcla de marrón y amarillo. Hace un mes, cuando lo ví por primera vez, me sorprendió. Las nubes se alzan hasta los motores y pasan a convertirse en una masa uniforme que cubre todo el fuselaje.

Y estoy a 12.000m. de altura. Estoy que me salgo.

Suena I Dance Alone. Que poco apropiado en esta situación de crisis. Never again!!, que gritan. Vaya jaleo.

Baile sucio; "Dirty Dancing". Pero no el rollo 80s, sino el 90s. Bueno, en realidad el disco es más 80s que 90s. Que poco apropiado en esta situación de crisis.

A mí izquierda está el Golfo Pérsico, creo, y un tipo jodido que parece hindú, por la tez y los labios. Dicen que si hay un médico. Madre mía, vaya jaleo. Y yo en plan oscuro con mi electropop, ejecutado en los ´90 pero bebiendo de los ´80.
Pues de repente han aparecido un huevo de médicos, todos de la economy class, y las azafatas dicen que ya no vayan más. Vaya jaleo a 12.000m de altura. Y el avión empieza a moverse, y salta la señal del cinturón. Una masa amarilla nos ha terminado de envolver.

El cabrón viene de Estados Unidos. ¿Y si tiene la puta fiebre mejicana?. Ya me estoy sintiendo mal. ¿Y si me ha pegado algo?. El tipo no había comido nada en todo el viaje y estaba continuamente con la mano en la parte derecha de su tripa. Yo que sé lo que es esa parte. Papá siempre decía lo mismo: "me duele ahí", "me duele en la derecha", "es en la izquierda". Claro. Vaya follón. Y yo aquí.

El avión cada vez se mueve más. Joder. Esto de trabajar es un suplicio, ya sea a 12.000m de altura o a 13Km. de la Puerta del Sol. Para colmo estoy en números rojos. Que penuria. Los últimos euros los gasté en un restaurante argentino, con "Los Javis".

La mega-nube se ha quitado de repente y ahora se ve el cielo azul y blanco; y una niña negra muy guapa con trenzas. Joder, ¿y si es la fiebre mejicana?. Dicen que tiene diez días de incubación asi que con un poco de suerte cuando vuelva a la fábrica se la pego a todos esos capullos. El cliente me va a preguntar: "¿Que Sea State aguanta el Terminal?". Y la verdad es que no sé que estado de la mar aguantará la puta antena pero yo cada vez aguanto menos.

El comercial se ha confundido y me ha enviado a un hotel vete-tu-a-saber-dónde. La otra vez también se equivocó. En vez de ir al Royal Orchid Plaza me ha enviado al Royal Orchid (sin lo de Plaza). Eso quiere decir que el mío tiene una estrella menos. El mío siempre tiene menos estrellas. La vez anterior fue el Royal Suites...y ese tenía dos estrellas menos, porque la cocina estaba en la calle, y los humos de los rickshaws le daban cierto aroma al café que tenías que tomar en la habitación.

Y yo pienso en Man Ray, en los Specials, en Buñuel y un poco en Berlanga, y, claro, no me puedo creer que siempre esté metido en estos jaleos.

martes, 14 de abril de 2009

EMBOLINGATS!


Parecíamos una especie de ejército lumpen, algo así como la Fuerza de Choque de una revolución de extrarradio, una sublevación de tupés, botas, cazadoras de cuero y parcas cockroach. Los protagonistas de alguna canción del "Fent d´Aquí".

Chicos de suburbio escuchando "Al Capone", con litros de cerveza en la mano y excéntricos parches en los brazos de las chaquetas que, pese al calor, continuaban puestas.

"Rock´n´Roll Madrid", "Mods Mayday ´79", "Rock and Roll Survivors", "Piss Up",...gritos desde más allá de la M-30: Moratalaz, Vallecas, Villaverde, Carabanchel, Usera.

Eso: cabellos largos y cortos, tupés, patillas, flequillos. Y por las calles ya no dirán nada cuando iniciemos la revolución de extrarradio, el motín lumpen, la agitación juvenil defendiendo el estilo y la individualidad contras las hordas del Zara, H&M y Blanco.

Pero mientras la preparamos al detalle y hablamos de ella una y otra vez, otro litro de cerveza, porque los rebeldes estamos alterados, y más ahora que Gaby ya está haciendo de las suyas, enseñando su panza a través de la camiseta de rejilla. Parece Desmond Dekker en aquel festival ska de Santa Fé.

Nos ponemos en primera fila, porque la ocasión lo merece y porque si no estás ahí entonces no estás viviendo. Claro!. Nos hacemos hueco porque los tupés se van hacia atrás y ahora ya nada nos impide escuchar esa guitarra a lo Scorpions. Me dicen: "qué mal han hecho los ´80 al rock". Y en parte si; pero en parte no.

Y luego otro litro, bueno, más bien un tercio, y entonces nos vamos olvidando de la revolución social y empezamos a pensar en el "Parklife" de Blur, porque, que coño, tiene canciones muy buenas.
Un medley como los de las orquestas de pueblo, el cansancio del trabajo ya olvidado (ni mareos, ni irritabilidad, ni cefaleas) y una bateria que nos quiere hacer recordar a Keith Moon pero, bueno, no lo consigue porque, si, en este caso los ´80 han hecho daño.

La sonrisa ya no se nos quita de la cara.

Y entonces Gaby se va y nosotros volamos rápido a por el donkey para salir de allí, porque ahora estamos sobreexcitados. Oh!!. Y como nos jodemos de domingo a jueves pues pillamos un taxi para cruzar al otro lado de la M-30. Seguimos con nuestro estilo. Más reforzado; eso no se pierde nunca.

Bajo del taxi y me pierdo yo sólo por el centro, oigo historietas de secretarias de Ernst & Young y me asombra que se acerquen a mí. ¿Quién coño trabajaba en el Banco Santander?. Yo que sé!.

Al final termino escuchando un hitazo del "Parklife", lo sabía, pero no distingo cuál. Me han dejado entrar gratis a bailar porque una amiga conocía a un discjockey inglés. Yo que sé!.

Me vuelvo a perder mientras bailo y entonces me voy, vuelvo a cruzar la M-30 hacía esos bloques rosas inmundos. Y a dormir. Y a soñar que mañana me volveré a juntar con la Fuerza de Choque de una revolución que no llega. Que no existe.

Fotografía cortesía de Pedro Guillén tomada el 13 de Marzo de 2.009 y extraída de su fotolog (/pitermadrid).

sábado, 28 de marzo de 2009

OTRA DERROTA

Llego a casa después de cosechar otra derrota, de esas que duelen, de esas que tardas en recuperarte porque nunca se pueden olvidar. Una derrota de las que van creando la personalidad, la forma de ser, la manera de entender las cosas. Como siempre, derrota. Esta vez ha sido dura.

La derrota me deja entender que cada vez estoy más solo. Allí había unos cuantos skinheads, algunos punks, unos heavys, algún mod. Enfrente los policias. Cientos de policias: municipales con casco, municipales sin casco, nacionales en coche, antidisturbios en furgonetas, antidisturbios con escopetas para pelotas de goma y botes de humo, lecheras creando un cortejo. Un cortejo grotesco, en mi barrio, delante de mis narices; un cortejo del poder, exhibiendo a sus perros de caza.

Gritos de rabia, delante de ellos, de los policias y de los nazis. Porque esto no es una historieta más de cuando tenía 16 años. Esto es serio. Esto es luchar por lo que uno ha defendido y sigue defendiendo. Esto es luchar por mí, porque soy egoísta, lo admito. Esos gritos, ahí delante, en Emilio Ortuño, eran contra todos, eran un "yo solo puedo contra todos vosotros, cerdos de mierda", era demostrar que las gafas de sol y las camisas de cuadros siempre estarán en la vanguardia de mi revolución particular; siempre estarán en la primera fila.

Había nubes. Empezaba a llover. Cientos de policias que continuaban con su cortejo macabro. Y la derrota volvía a producirse porque les estaban protegiendo, porque ni siquiera nos dejaron acercarnos a menos de cincuenta metros para mostrar nuestro rechazo; porque los socialdemócratas son así. Todo lo que me quedaba era, como un hool cualquiera, demostrárles mi rabia, y creer, por un momento, que Vallecas sería su tumba. El fuck-off inglés; y el puto fútbol, como lo empiezo a odiar.

Subo Peña Prieta, derrotado, con mis gafas de sol mojadas por las gotas, sin siquiera haber podido evitar su intrusión en mi barrio, en mi vida; una agresión a mi individualidad, a mi libertad. Subo sólo. Esa sensación de soledad, quizá, es la que más miedo me da. Y los cerdos se van a Pacífico.

domingo, 1 de marzo de 2009

WHITE COLLAR BOY

Aquello fue una tormenta más de esas que sacuden cada cierto tiempo mi estómago. Un retortijón que me ayudó durante una temporada a seguir añadiendo nuevos proveedores en esas horribles tablas excel.

Cambio de sede social, nuevo número de fax, contacto comercial obsoleto, listado de referencias actualizado. Ocho horas y media en aquella sala pintada de gris con mesas beige y unos armarios que me recordaban a las conserjerías mugrientas de los institutos.

El entró junto con otras seis o siete personas y le situaron en una de las mesas del fondo, de las que todavía mantenían monitores CRT. En esa zona estaban los de administración y cobros, asi que supuse que algún día también tendría que pegarme con el. Aquella gente del fondo y mi compañera de enfrente eran las únicas personas cuya dedicación conocía. Hubo una temporada en la que me esforcé por preguntar al resto de los compañeros con los que comía, pero aquello resultó imposible. No entendía lo que me explicaban ni tenía el más mínimo interés en entenderlo.

En aquel trabajo llevaba casi cinco años y desde hacía dos se había convertido en una rutina de la que me parecía imposible salir. Y esa rutina se rompió...¡¡y entonces dí gracias mil veces al desconocido gerente de Recursos Humanos que se hubiese encargado de su contratación!!.

Apareció con calcetines amarillos, unos norwegians marrones, hipsters pata de gallo y un cuello de cisne marrón. Con la cabeza agachada empezó a teclear rapidamente como si ya hubiese hecho ese trabajo durante toda su vida. Y la verdad es que no puedo decir que hiciese otra cosa durante el tiempo que estuvo aquí.

Llegaba tarde, dejaba todas sus cosas sobre la mesa, cogía un café y empezaba a teclear intensamente. Sólo paraba en la hora de la comida, aunque ni siquiera aparecía por la sala de los microondas. Supongo que saldría a comer fuera, pero ese es otro de los misterios que ya se han quedado sin respuesta.

A las cinco de la tarde desaparecía, asi que los squares hablaban no sólo de su forma de vestir y actuar, sino también de su falta de compromiso y su nulo interés por la jornada oficial. Oficial, procedimientos particulares, instrucciones generales, plantillas, formatos, guías de procesos, management,...

Pelo corto, ropa de color, interés desmesurado por evitar el contacto social con el resto de compañeros y un aire de indiferencia hacía cualquier cosa que ocurriese en la sala gris. Para mí aquel chico brillaba mientras que para los demás era un un raro con problemas para las relaciones sociales.

Yo misma alimenté aquella atracción imaginando que algún viernes terminaría por encontrármelo bailando en El Twist; al fin y al cabo tampoco era descabellado pensar en ello, basicamente porque en la ciudad era el único sitio en el que poder escuchar música decente. Aquello nunca sucedió.

Tampoco le ví paseando por los soportales de Rosario ni en la cafetería de los Aleixandre. Parecía no vivir en la misma ciudad, ni trabajar en la misma sala.

Esa monotonía excitante en la que me había instalado con cierto placer sólo duró dos meses, hasta que una mañana su sitio permaneció vacío. Catarro, gripe, un mal fin de semana pensaba yo. Baja médica, alguna enfermedad duradera, vacaciones,...la sala se iba tornando más gris cada día.

Jamás volvió a aparecer. Yo me quedé con esa presión en los pulmones que se siente cuando uno guarda un secreto. Yo me quede otra vez sola.

domingo, 11 de enero de 2009

LOS CRUCIFICADOS (II): KEEP THE FAITH!


Corrían los primeros ´80 y Margaret Thatcher quería crucificar a todos los skinheads del Reino Unido. Si yo hubiese estado en su posición, también hubiera deseado hacer lo mismo.

Me resulta repugnante todavía hoy ver esas fotos de los bank holidays de aquellos años en el este y sur de Inglaterra. Eastbourne, Southend, Brighton, Margate, Portsmouth-Newport,...


Cabeza con el pelo al "cero", vaqueros elásticos desteñidos con lejía, cazadoras de aviador yanki, botas militares de dieciocho agujeros...Mucha agresividad pero muy pocas ideas reales de rebeldía. Borregos. Imbéciles. Cerdos que acabaron de un plumazo con una forma de ser, con una forma de entender la vida, con las ilusiones del movimiento juvenil más revolucionario que jamás ha existido y existirá. Porque revolución es baile, es acción, es cambio, es diversión, es estilo.

Aquellos hijos del National Front y del tabloide The Sun del ´79 con su giro amarillento, se hicieron cargo de acabar con toda la belleza. Skins comunistas, skins nacionalsocialistas, grupúsculos políticos, los rallys Reich´N´Rolling; todo se emponzoñó.

Menos de diez años después de la edición en Trojan de "At The Discotheque" de los Pioneers ya todo estaba muerto y enterrado. Unos y otros se encargaron de ello. La brisa que llegó a finales de los ´70 de la mano del revival mod, los punks y la 2Tone no fué suficiente para salvar esa escena moribunda.

Cuando uno piensa que todo es brillo, que todo es belleza, no se para a reflexionar sobre aquellas cosas tan oscuras: sólo se dedica a correr hacía delante. Uno se cree el digno sucesor de un espíritu perdido y, como decían Los Flechazos, llena de cartas todos los buzones de su ciudad intentando revivir una llama que se va apagando día tras día. Pero cuando los destellos ya no ciegan los ojos empiezan a observar otros asuntos que permanecían escondidos.

Asuntos que parecen escondidos pero que invaden como una mancha de petróleo toda la escena: inmovilismo, violencia sin sentido, escaso background, desconocimiento. Y al comprobar que estás sumergido en un movimiento en el que pocas personas saben de lo que se trata y que el resto son incultos y paletos, empiezas a sentir que aquello no merece la pena, que aquello a lo que te uniste muchos años antes ya no tiene sentido.

Llega un momento en el que hablas de brillar y sobresalir pero pocos te entienden. Llega un momento en el que escuchas a The Skatalites rodeado de un tremendo pogo. Llega un momento en el que ir con la cabeza alta y las manos en los bolsillos deja de entenderse como un acto de rebeldía. Llega un momento en el que no entiendes cómo es posible tanto retroceso.

El punto y aparte se presenta cuando termina por darte asco que alguien pueda acaso imaginar que has participado en la escena. Ahí finaliza todo. O más bien termina en aquella manera de entenderlo, porque el reggae, los calcetines rojos, los cordones amarillos o el amor al detalle y a la acción nunca desaparecen.

Imagen extraída de la contraportada
del fanzine Working People Force